¿Por qué anillar? Anillar es una de las técnicas más comunes para la identificación de aves. Consiste en el marcaje individual de ejemplares mediante la colocación de una anilla que incluye una inscripción alfanumérica que permite identificar el ave a simple vista. La identificación de las crías es la misión fundamental y que además posibilita realizar un seguimiento a lo largo de la vida de las especies anilladas. También permite conocer la edad de los ejemplares y es una herramienta muy útil para el estudio de comportamientos y diversos parámetros de la biología avícola.

En cada anilla se observa una inscripción alfanumérica, una especie de DNI imprescindible para la correcta identificación de cada animal anillado. Así, cada anilla consta de un código de una o dos letras que corresponde al país en el que el animal ha sido anillado (por ejemplo, la letra E se utiliza para identicar los animales anillados en España). En la anilla también aparece el año de nacimiento del ave, indicado con dos dígitos (así, aparecería el código 17 si un animal ha sido anillado en el año 2017), el diámetro de la anilla (expresado en mm) y un número de identificación, propio de cada cría anillada.

¿Cuándo y cómo anillar? Las anillas cerradas deben ser colocadas en los primeros días de vida del animal cuando aún sus garras todavía son pequeñas y la anilla puede deslizarse fácilmente por sus extremidades. Así, la anilla quedará firmemente sujeta y facilitará la identificación del animal durante el transcurso de su vida. El diámetro de este tipo de anillas varía según el tamaño de cada especie y la estructura de sus patas.
Las gallinas, por ejemplo, se anillan a las 8 semanas de vida aproximadamente mientras que las palmípedas deben anillarse a los 20-25 días desde su nacimiento.